El olfato del perro

El olfato es el sentido más desarrollado en el perro. Esta poderosa capacidad olfativa le proporciona información sobre su “mundo”, le ayuda a relacionarse con sus congéneres, y le permite investigar cualquier rastro que le resulte atractivo. Este asombroso instinto natural se puede educar tanto para el deporte como para prestar valiosos servicios a la sociedad.

Narices prodigiosas: así funciona el olfato del perro
Los perros “ven” el mundo en cierto modo a través de su nariz, su bulbo olfatorio posee más de trescientos millones de receptores, mientras que el de los humanos solo cuenta con cinco millones. Además los perros tienen un “olfato auxiliar”, representado por el órgano de Jacobson o vomeronasal, situado en el hueso vómer que se encuentra entre la nariz y la boca, que les permite detectar trazas de sustancias químicas, hormonas y feromonas, lo cual les ayuda a interpretar multitud de emociones, estados de ánimo e incluso enfermedades indetectables para nosotros. Sin el sentido del olfato los perros se encontrarían literalmente perdidos. Para algunos olores concretos el perro es hasta ¡un millón de veces mejor que el ser humano!

En rescates: salvando vidas
Su olfato, entrega incondicional y su disposición para el aprendizaje hace que casi cualquier tipo de perro, con el entrenamiento especializado y unas cualidades físicas y de carácter adecuadas, pueda ser el perfecto compañero de su guía.

Actualmente ya no es posible imaginar determinados servicios que prestan algunos cuerpos y fuerzas de seguridad u otros colectivos profesionales, sin la ayuda de unidades caninas. Su presencia trabajando en escenarios devastados por catástrofes naturales, como terremotos, u otros desastres, es habitual en los medios de comunicación y merecidamente valorada y reconocida por la sociedad. http://bit.ly/1Nq9rEZ

Localizando posibles víctimas sepultadas bajo escombros o deslizamientos de tierra, señalando su posición o buscando en condiciones extremas, a contrarreloj, efectuando largos viajes hasta llegar a su destino, con el único anhelo de cooperar con su guía o entrenador ¡Buen trabajo!

el olfato del perro

Sigue ese rastro…
Un perro “policía” es capaz de discriminar un olor concreto y aislarlo de los otros. Así, son capaces de localizar estupefacientes en puestos aduaneros, aeropuertos, estaciones o donde sea requerida su habilidad, detectar explosivos, dinero o cualquier otro rastro olfativo para el que el perro ha sido previamente entrenado, participar en misiones de localización de personas extraviadas en cualquier terreno, buscar sustancias acelerantes del fuego (perros DAF), dependiendo de la unidad canina a la que pertenezca ¡Las posibilidades son casi infinitas!

Detectando enfermedades
Poco a poco y gracias a la cooperación médica y sanitaria se va haciendo habitual el entrenamiento de perros para detectar diversas enfermedades humanas, como el cáncer o la diabetes, y ya se trabaja para que puedan “percibir” inminentes ataques de epilepsia en sus propietarios ¡Los perros nunca dejan de maravillarnos!

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